Envases de productos de limpieza de colores

Ftalatos: qué son, dónde se encuentran y por qué son peligrosos como disruptores endocrinos

Tabla de contenidos

  1. ¿Qué son los ftalatos?
  2. ¿Por qué se consideran disruptores endocrinos a los ftalatos?
  3. ¿Dónde se encuentran los ftalatos?
  4. ¿Cómo entran los ftalatos en el cuerpo?
  5. ¿Qué efectos tienen los ftalatos en la salud?
  6. ¿Dañan los ftalatos el hígado?
  7. ¿Pueden los ftalatos producir cáncer?
  8. Evidencia científica actual: ¿Qué dice la investigación sobre los ftalatos?
  9. Cómo afecta los ftalatos a los niños y las embarazadas
  10. ¿Cómo se regulan los ftalatos?
  11. ¿Cómo evitar los ftalatos en la vida diaria?
  12. Conclusión: Un enemigo invisible, pero evitable

Vivimos rodeados de compuestos químicos que a menudo desconocemos. Entre los más preocupantes están los ftalatos, un grupo de sustancias ampliamente utilizadas en productos cotidianos y que la ciencia ha identificado como potentes disruptores endocrinos. ¿Qué significa esto? Que pueden interferir con el equilibrio hormonal del cuerpo humano, afectando procesos tan importantes como la reproducción, el metabolismo, el desarrollo neurológico e incluso el funcionamiento hepático.

En este artículo vamos a profundizar en qué son los ftalatos, dónde se encuentran, cómo afectan al cuerpo, qué dice la ciencia sobre su toxicidad, y qué pasos puedes dar para reducir tu exposición diaria a ellos.

¿Qué son los ftalatos?

Los ftalatos (derivados del ácido ftálico) son un grupo de compuestos químicos utilizados principalmente como plastificantes. Su función es hacer que los plásticos, especialmente el PVC (cloruro de polivinilo), sean más flexibles, duraderos y resistentes al calor. Pero también se utilizan como vehículos para fragancias en cosméticos, productos de limpieza y ambientadores.

Desde el punto de vista químico, los ftalatos son ésteres del ácido ftálico y pueden dividirse en dos grandes grupos según su peso molecular:

  • Ftalatos de bajo peso molecular, como DEP (dietilftalato) o DBP (dibutilftalato), comúnmente usados en cosméticos.
  • Ftalatos de alto peso molecular, como DEHP (di(2-etilhexil)ftalato) o DINP, presentes en productos de PVC como cortinas de baño, cables, suelos vinílicos, etc.

¿Por qué se consideran disruptores endocrinos a los ftalatos?

Los ftalatos tienen la capacidad de interferir en la función hormonal del cuerpo, ya sea imitando, bloqueando o alterando la producción de hormonas. Esto es especialmente preocupante durante etapas sensibles del desarrollo, como la infancia, la adolescencia o el embarazo, donde las alteraciones hormonales pueden tener consecuencias a largo plazo.

¿Dónde se encuentran los ftalatos?

Los ftalatos están literalmente por todas partes. Su uso extendido en la industria los convierte en uno de los contaminantes más omnipresentes en entornos urbanos. Aquí tienes una lista detallada de productos donde suelen estar presentes:

Ftalatos en cosméticos y productos de cuidado personal

  • Perfumes y colonias
  • Desodorantes en spray
  • Cremas corporales
  • Maquillaje (especialmente esmaltes de uñas)
  • Lacas para el cabello
  • Toallitas húmedas
  • Jabones líquidos

Ftalatos en productos de limpieza y ambientadores

  • Detergentes perfumados
  • Suavizantes de ropa
  • Ambientadores eléctricos
  • Inciensos y velas aromáticas
  • Sprays desinfectantes

Aprende más en nuestro artículo sobre disruptores ocultos en cosméticos y ambientadores.

Ftalatos en contacto con alimentos

  • Envases plásticos flexibles
  • Film transparente para envolver alimentos
  • Tapas de yogur
  • Recipientes de plástico reutilizables (si no son libres de ftalatos)
  • Guantes de vinilo usados en la manipulación de alimentos

Ftalatos en productos para bebés y niños

  • Juguetes de plástico blando (algunos prohibidos en Europa)
  • Mordedores (los antiguos, no los actuales libres de ftalatos)
  • Suelos de PVC en guarderías
  • Ropa plastificada

Ftalatos en equipamiento médico

  • Bolsas de sangre y suero (con DEHP)
  • Tubos y catéteres
  • Mascarillas de oxígeno
  • Guantes desechables

Ftalatos en el hogar

  • Cortinas de baño de plástico
  • Alfombras vinílicas
  • Cables eléctricos recubiertos
  • Persianas plásticas
  • Adhesivos y selladores

¿Cómo entran los ftalatos en el cuerpo?

Los ftalatos pueden ingresar al organismo por diversas vías:

  • Inhalación: al respirar partículas suspendidas en el aire, especialmente de ambientadores, perfumes o inciensos.
  • Ingestión: por contacto con alimentos envasados en plásticos que contienen ftalatos, o al tocar superficies contaminadas y llevarse las manos a la boca (frecuente en bebés).
  • Absorción dérmica: al aplicar cosméticos que contienen ftalatos o al manipular materiales con estos compuestos sin protección.

Lo más preocupante es que los ftalatos no están químicamente unidos al plástico, lo que significa que se liberan fácilmente al entorno y al contacto con calor, grasa o desgaste.

¿Qué efectos tienen los ftalatos en la salud?

Numerosos estudios han demostrado que los ftalatos actúan como disruptores endocrinos, afectando principalmente al sistema hormonal y reproductivo. Estos son algunos de los efectos más documentados:

Alteraciones del desarrollo neurológico

La exposición prenatal a ftalatos se ha asociado con un mayor riesgo de trastornos del neurodesarrollo, incluyendo menor coeficiente intelectual, trastornos de atención (TDAH) y problemas de conducta.

Ftalatos relacionados con problemas hormonales

  • En hombres: reducción en los niveles de testosterona, malformaciones genitales en recién nacidos varones, alteraciones en la calidad del semen.
  • En mujeres: desequilibrios menstruales, infertilidad, endometriosis.

Posibles enfermedades metabólicas a causa de ftalatos

Hay evidencia creciente que vincula la exposición prolongada a ftalatos con síndrome metabólico, resistencia a la insulina, obesidad y diabetes tipo 2.

¿Dañan los ftalatos el hígado?

Algunos ftalatos como el DEHP están clasificados como hepatotóxicos, ya que pueden inducir inflamación del hígado, estrés oxidativo y alteraciones enzimáticas. Estos efectos han sido documentados tanto en estudios animales como en observaciones clínicas humanas.

¿Pueden los ftalatos producir cáncer?

Ciertos ftalatos están clasificados por agencias internacionales (como la IARC) como posibles cancerígenos, especialmente en exposiciones prolongadas y en combinación con otros disruptores hormonales.

Evidencia científica actual: ¿Qué dice la investigación sobre los ftalatos?

La preocupación sobre los efectos de los ftalatos no es reciente. Durante las últimas décadas, múltiples estudios en animales y humanos han documentado su impacto negativo en la salud hormonal, hepática y reproductiva. Aquí te presento algunos de los más relevantes y qué han descubierto:

Estudios en humanos

Los Investigadores de un estudio en Estados Unidos analizaron muestras de orina de más de 200 niños entre 4 y 9 años, encontrando altos niveles de metabolitos de ftalatos. Los resultados mostraron unaasociación entre la exposición a ftalatos y problemas de atención, hiperactividad y menor coeficiente intelectual

Universidad de Cornell. 26 de enero de 2010. Un estudio dirigido por Mount Sinai encuentra que la exposición prenatal a ciertos químicos artificiales afecta negativamente el neurodesarrollo infantilEnlace

Otro estudio realizado en Cohorte (California) de seguimiento en mujeres embarazadas y sus hijos demostró que niveles elevados de ftalatos en la orina durante el embarazo estaban relacionados con alteraciones en el desarrollo genital masculino y problemas de aprendizaje en la infancia.

Chamacos. 12 de febrero de 2021. Exposición prenatal a mezclas de ftalatos, parabenos y otros fenoles y obesidad en niños de cinco años de la cohorte. Enlace

Un estudio en el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ha detectado metabolitos de ftalatos en la mayoría de las muestras de orina recogidas en EE. UU., demostrando una exposición constante en la población general, incluso en niños pequeños. Esto confirma que estamos en contacto con estas sustancias a diario, muchas veces sin saberlo.

Estudios en animales

Estudios toxicológicos reproductivos en roedores muestran Ftalatos como el DEHP y DBP pueden causar reducción del tamaño testicular, menor producción de esperma y malformaciones genitourinarias en ratones expuestos durante el desarrollo fetal.

A efectos hepáticos se han registrado casos de aumento del tamaño del hígado, elevación de enzimas hepáticas y cambios celulares asociados a inflamación y fibrosis hepática en animales expuestos crónicamente a ftalatos.

Mecanismos moleculares

Estudios de biología celular han confirmado que algunos ftalatos activan receptores nucleares como el PPARα, relacionados con el metabolismo de lípidos y glucosa. También interfieren en la síntesis de esteroides sexuales y pueden inducir estrés oxidativo en tejidos como el hígado y el sistema reproductor.

Cómo afecta los ftalatos a los niños y las embarazadas

Los efectos de los ftalatos son especialmente peligrosos durante las etapas críticas del desarrollo. Esto se debe a que, en esos periodos, el equilibrio hormonal es clave para la formación adecuada de órganos y sistemas.

Ftalatos en bebes y niños

  • Tienen un sistema inmune y hepático inmaduro, por lo que su capacidad para eliminar toxinas es limitada.
  • Ponen todo en la boca, aumentando la ingestión de partículas de polvo contaminadas con ftalatos (provenientes de juguetes, pisos de vinilo, etc.).
  • Usan productos como toallitas húmedas, cremas, champús, que muchas veces contienen ftalatos en sus fragancias.

Ftalatos en mujeres embarazadas

  • La exposición durante el embarazo puede afectar la programación hormonal del feto.
  • Se ha documentado una relación entre altos niveles de ftalatos en sangre materna y menor longitud anogenital en bebés varones, lo que indica alteración en el desarrollo sexual masculino.
  • También se han asociado a parto prematuro, bajo peso al nacer y preeclampsia.

¿Cómo se regulan los ftalatos?

La legislación sobre ftalatos varía enormemente entre países. Aunque se han dado pasos importantes en su regulación, aún quedan muchas lagunas.

Unión Europea

  • Prohibición de varios ftalatos en productos infantiles: DEHP, DBP, BBP y DIBP están restringidos en juguetes desde 2005.
  • Reglamento REACH (2007): regula el uso de sustancias químicas peligrosas en toda Europa. Los ftalatos figuran en la lista de “sustancias extremadamente preocupantes (SVHC)”.
  • Desde 2020, se prohíbe la presencia de ftalatos en materiales en contacto con alimentos por encima de ciertos umbrales.

Estados Unidos

  • La FDA y la CPSC han prohibido algunos ftalatos en juguetes infantiles y productos para el cuidado del bebé.
  • Sin embargo, su uso sigue permitido en cosméticos, productos de limpieza y materiales de embalaje, aunque con ciertas limitaciones.

Otros países

  • Canadá, Japón y Australia han aplicado restricciones similares a la UE, pero su enfoque es más limitado.
  • En muchos países de América Latina, África y Asia, la regulación es aún muy laxa o inexistente, lo que permite que productos importados contengan niveles peligrosos.

¿Cómo evitar los ftalatos en la vida diaria?

Reducir la exposición a ftalatos no es imposible, pero requiere conciencia y atención al detalle. Estas sustancias no siempre aparecen con su nombre completo en las etiquetas, lo que dificulta identificarlas. Sin embargo, aquí tienes estrategias prácticas para minimizar el contacto con ellos:

Cosméticos y productos de cuidado personal

  • Revisa productos con la palabra “fragancia” o “parfum”, ya que muchas veces contienen ftalatos ocultos.
  • Opta por cosméticos certificados como libres de ftalatos (etiquetas como "phthalate-free").
  • Usa alternativas naturales como aceites vegetales, bicarbonato, jabones artesanales sin fragancias artificiales, desodorantes en piedra de alumbre, aceites esenciales puros, bálsamos sin fragancia y jabones de Castilla.

Productos de limpieza y ambientadores

  • Reemplaza aerosoles y ambientadores sintéticos por difusores de aceites esenciales o velas de cera de abeja sin perfume artificial.
  • Fabrica tus propios productos de limpieza caseros con ingredientes como vinagre, bicarbonato y limón.
  • Lee las etiquetas y evita productos que indiquen "fragrance", "perfume" o "aroma".

Plásticos y envases

  • Reduce el uso de plásticos blandos con los códigos de reciclaje 3 (PVC) o 7 (otros), ya que suelen contener ftalatos.
  • Usa recipientes de vidrio, acero inoxidable o silicona de grado alimentario para almacenar comida.
  • No calientes comida en recipientes plásticos en el microondas; el calor puede liberar más ftalatos.

Alimentación

  • Prioriza alimentos frescos, no procesados ni envasados en plásticos.
  • Lava bien frutas y verduras para eliminar restos de pesticidas y empaques contaminados.
  • Evita productos con saborizantes y colorantes artificiales, donde los ftalatos pueden estar presentes como subproductos de fabricación.

Textiles y artículos del hogar

  • Evita cortinas de baño, manteles y suelos de vinilo (PVC), ya que suelen liberar ftalatos al ambiente.
  • Usa alfombras y tapizados libres de tratamientos químicos.
  • Lava la ropa nueva antes de usarla para eliminar residuos químicos.
  • Elige ropa de algodón orgánico, lino o fibras naturales sin tratamientos ignífugos ni antiarrugas sintéticos.
  • Busca certificaciones como OEKO-TEX o GOTS, que garantizan la ausencia de productos tóxicos

Conclusión: Un enemigo invisible, pero evitable

Los ftalatos son un claro ejemplo de cómo las amenazas para nuestra salud no siempre son visibles ni inmediatas. Su presencia en productos de uso diario los convierte en una fuente silenciosa de alteraciones hormonales, daño hepático y problemas reproductivos, especialmente en niños, mujeres embarazadas y personas con condiciones crónicas.

Aunque la regulación ha mejorado en los últimos años, todavía no existen medidas universales y contundentes que protejan al consumidor en todos los países. Por eso, la mejor defensa sigue siendo la información, el consumo consciente y el poder de elegir alternativas más saludables.

¿Qué puedes hacer hoy?

  1. Revisa etiquetas, deshazte de productos sospechosos y busca alternativas más limpias.
  2. Infórmate y comparte esta información con tu entorno: muchas personas desconocen los peligros reales de los ftalatos.
  3. Exige a las marcas y legisladores transparencia e innovación responsable.

Cuidar tu salud hormonal y la de tu familia comienza en los pequeños hábitos. Cambiar tu desodorante o evitar ciertos envases puede marcar una gran diferencia a largo plazo.

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.